viernes, 31 de diciembre de 2010

Informal problema crónico

Hace tres años, habíamos escrito, que los países son subdesarrollados por la no solución de la informalidad, presente en todos los países subdesarrollados, en un porcentaje aproximado de 70%, en otros, algo menos.

Denominan crónicos a los problemas cuando no se resuelvan por años, o por siglos, es pues, la informalidad un problema crónico.

Problema a la que analizamos concienzudamente, sentenciando: Para la excelencia de los distintos programas sociales tiene que cuidarse el factor de la rentabilidad y de responsabilidad de los emprendedores, sean, asociados o socios y sus dirigentes o gerentes.

Era, pues, la alternativa para eliminar o reducir la informalidad en porcentaje extremo.

También, expresamos, que Hernando De Soto, el doctrinario y economista, de renombre internacional, y peruano, había conseguido en el gobierno de Fujimori, formalizar a diversos sectores emergentes, con una recaudación tributaria de aproximadamente $1.millones de dólares americanos. Formalizar o crear contribuyentes de los sectores emergentes no es nada nuevo. En el Perú, se hace desde tiempos antiguos por las diversas élites políticas, uno de los mejores fue la formalización, De Soto. Lo que no se ha hecho, no se hace, es formalizar con gran amplitud y, a la misma vez, con excelencia. Al no haber perfección en los emprendimientos origina el problema crónico de la informalidad.

Habiendo transcurrido años, la situación sigue igual, a pesar de algunas políticas sociales, no existe la excelencia anhelada, en siglos, por las generaciones de millones de emprendedores del sector emergente, que representan al 70% de la población de todos los países emergentes, incluidos un porcentaje de la clase media.

Solucionar la informalidad significa ampliar la base tributaria. No entendido por algunos. Tal es así, que, frente a preguntas de expertos, si antes se tiene que aumentar la capacidad adquisitiva de los empresarios emergentes, es decir, que los emprendimientos de los emergentes consigan utilidades, no existe respuesta contundente.

Para que una empresa contribuya, cualquier empresa, especialmente, la gran empresa, antes de contribuir tienen que tener utilidades. Si no tiene utilidad la empresa no contribuye. Dogma tributario.

En consecuencia, los informales, antes de contribuir, tienen que tener, ni siquiera cualquier utilidad, utilidades superiores. Esa es la pura verdad. Lo que algunos omiten involuntariamente. Por lógica, la burocracia, un conjunto de funcionarios y profesionales, no le aplicarán tributación a emprendimientos que no generan excedentes.

Transcurrido el tiempo, varios personajes, de las que no se puede dudar de su capacidad profesional e intelectual, dicen lo mismo. Un empresario internacional escribe que el deber del gobierno es hacer a los 2000 empresarios pequeños en grandes empresarios, al igual que los 500 empresarios peruanos extraordinarios.

Nos dice que los pequeños empresarios tendrán más utilidades.

Tanto Kuczynski y Toledo, quienes, además de capacidad profesional excelente, son economistas, han dicho que la solución al problema del subdesarrollo es ampliar la base tributaria, que es lo mismo a reducir la informalidad. Han ido más lejos, reducir el IGV. Y hablan de aumentar los sueldos, si bien suena a un atrevimiento intelectual o ilógico, por su calidad de economistas razón deben tener. Nosotros los emprendedores emergentes contentos porque sus ideas son las mismas que lo explicado en distintas reflexiones.

Quiere decir, que el Estado debe recaudar más, y para ello, debe facilitar, y no convertir, antes de pensar en la contribución, que los emprendedores consigan buenas utilidades, la tributación es por inercia.

Para aquellos doctrinarios o seguidores que no creen en los informales, con error involuntario de vivir a expensas de los minerales, expresión de Hernando de Soto, si los informales, además de su crecimiento nacional, produjeran diez Añaños, peruanos con empresas en varios continentes, el Perú sería otra nación.