lunes, 31 de enero de 2011

Borrador

Corrupción problema crónico, Autor Leonidas M. Bustamante Fierro
Existen tiempos en que se confunden las legislaciones. Ejemplo, la corrupción.
De acuerdo a las legislaciones la corrupción, de la que tanta se habla, son estructural, realizadas por los funcionarios, quienes trabajan para el Estado.
La corrupción no lo ocasionan los privados o particulares, pues, ellos mismos no harían daño a su patrimonio. La corrupción perjudica el patrimonio, y nadie, de voluntad puede hacer daño a su propiedad. Si es dueño de inmuebles no lo venderá a menos precio para perjudicarse. Teniendo dinero para invertir no lo hará para su decrecimiento. No son racionales tales conductas.
La legislación en la que un particular perjudica al patrimonio de un Estado no se realiza, excepto, sea profesional, y que conozca el conjunto de procedimientos legales y superar al Estado, que tiene múltiples sistemas de profesionales en su defensa legal.
Por eso, la corrupción de la que se habla es de los funcionarios. Los particulares no realizan corrupción.
Expresamos que la corrupción es propia de los funcionarios, de quienes trabajan para cualquier Estado, y es necesario reflexionar para no confundir a la opinión pública.
La corrupción es un problema crónico porque se escucha desde el nacimiento de la república del Perú y en otros lugares.
Y la corrupción conceptualmente es la extrema infracción de legislaciones; administrativas, orgánicas, sustantivas, que regulan el funcionamiento de cualquier institución y la conducta de los funcionarios. A eso se denomina corrupción, no es cualquier conducta o conductas. Los funcionarios actúan conforme a la legislación, los particulares de acuerdo a la legislación y lo que no está legislado o no prohibido, la filosofía legal lo permite.
En tal sentido es un problema social que se origina por el sueldo que no alcanza a dichos funcionarios, quienes mucho de ellos tienen que trabajar hasta en más de un trabajo. Cuidando centros comerciales en sus horas de descanso, por ejemplo, los policías, y otros funcionarios, que, además, ni siquiera tienen su pensión de jubilación pendiente, pues, sus sistemas de jubilación se hallan en quiebra o en problemas.
Y la corrupción nunca desaparecerá mientras no se mejore los sueldos de los funcionarios. El que diga lo contrario, que lo demuestre, a ver si puede vivir satisfactoriamente con el sueldo de dichos funcionarios.
Obviamente, la manera de eliminar la corrupción será con un país en progreso y desarrollado.
Habiendo los incas y la colonia alcanzado la condición de imperio o país desarrollado en doscientos años. La república del Perú, ha cumplido ciento noventa años, no tan lejos de incaicos y colonos.
Y diremos si el sistema o procedimiento que respetamos sirve o no. Excepto, el fracaso de la República por su mal diseño o aplicación.

Leonidas M. Bustamante Fierro
                   El Autor